Veinte años no son nada —dice el tango— o es toda una vida. La vida de Arquine, que ha nutrido buena parte de las nuestras, va de la mano de la expresión y expansión de la arquitectura mexicana de este siglo.
Arquine —escribí en el primer editorial de la revista en 1997— es un proyecto hecho de proyectos. Entonces pensaba en un proyecto aglutinador que ilustrara las obras y proyectos que me interesaban para ir tejiendo esa urdimbre desde la subjetividad y el rigor, que fuera a la vez un instrumento de información y de crítica. Progresivamente se fue convirtiendo en otros proyectos, para participar en la construcción de la historia reciente de la arquitectura mexicana y, extensivamente, latinoamericana.
Lo que ha pasado en veinte años puede dibujarse desde el trazo puntualmente trimestral de estas páginas. Y desde este número 80 proponemos veinte palabras clave (belleza, ecología, movilidad, sustentabilidad, urbanismo, etc.) y veinte autores de referencia para reflexionar sobre este periodo. A su vez, unos ejemplos contemporáneos (el pabellón, la casa, el conjunto residencial, la torre o el espacio público —del jardín al equipamiento cultural—) ilustran lo mejor de la arquitectura contemporánea vista y narrada desde México.