La banda uruguaya No Te Va Gustar volvió a México para presentar su nueva placa “Suenan las alarmas” que tanto éxito y expectación ha desbordado alrededor del mundo. Para ellos nada en su carrera ha sido gratuito y de a poco han visto como su carrera ha ido en crecimiento para esta formación que ya sueña con la inmortalidad gracias a sus propios méritos. Esta noche, la Carpa Astros recibió a la que quizá sea la banda más grande en la actualidad del cono sur con un vendaval de éxitos y canciones que de a poco van quedando en el inconsciente colectivo de sus fans.
Reuniendo a más de dos mil personas en una noche fría, el público se dispuso a disfrutar de un recital impecable con un sonido excelso y pulcro, rockeando al más puro estilo de la denominada “vieja escuela” cuando había que hacerlo y acercándose a la balada en otros fragmentos, para el disfrute y la locura plena de los asistentes. La lucidez de la iluminación y el fondo impecable eran el anticipo de un huracán sonoro con el que se desafiaron a sí mismo, montándose un concierto de casi tres horas de duración y pese a ello, dejar a la gente con sabor a poco, entregados como estaban todos sus seguidores.
El combo liderado por el cantante Emiliano Brancciari reunió a un público muy diverso, donde predominaban los treintañeros, aunque había también de 20 y de 40, mezclados con algunos niños. Arrancando con la canción “El mundo me comió a mí”, el vendaval se soltó con “Destierro”, “Al vacio”, que puso a asaltar a todos, “A las nueve” y “Quería ser como él” fueron los primeros temas que ya están elevados a la categoría de clásicos que le han permitido a los No Te Va Gustar obtener ése buen nombre y toda ésa popularidad que los han hecho fundamentales en la escena del rock iberoamericano.
Megaéxitos como “Para cuando me muera” del nuevo disco que sigue sonando con fuerza en el dial de todas las radios, eran el punto álgido para que canciones como “Verte reír” fuesen cantadas por el público como si no hubiese mañana. Las sirenas volvieron a prenderse para “Guante blanco”, así como unas luces rojas ubicadas dentro de unas alarmas de utilería ubicadas sobre y delante del escenario. “Tan lejos”, “Con el viento” y “Fuera de Control” continuaron la liturgia de la noche, justo para dar paso a verdaderos momentos emotivos de la noche, como es el caso de “Clara”, que el público cantó de principio a fin. Con “Mirarte a los ojos” por ejemplo, no se puede evitar pensar en Marcel Curutchet, el tecladista del grupo fallecido en 2012.
“Autodestructivo” y “Te voy a llevar” proporcionaron uno de los momentos más bailables del show, que ya llegaba a su fin con “No hay dolor” y “Cero a la izquierda”. De este modo, el público que llenaba la Carpa Astros fue testigo de la noche que brindó la consolidación definitiva de una banda que ya es habitante del olimpo rockero.
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