La carrera de The Ting Tings ha sido de todo menos predecible. Tras triunfar en 2008 con su debut, ‘We Started Nothing‘, que contenía sus éxitos ‘Great DJ’, ‘That’s Not My Name’ y ‘Shut Up and Let Me Go’, la trayectoria del dúo británico ha sido irregular, como ha reflejado el leve interés suscitado por el experimental ‘Sounds from Nowheresville‘ y el synth-popero ‘Super Critical‘, ninguno de los cuales producía un hit (indie) más o menos sólido como aquel ‘Hands’ publicado en 2010 -dos años después de ‘We Started Nothing’- y que se sigue pinchando a día de hoy.
Cuatro años después de ‘Super Critical’, y 10 años después de ‘We Started Nothing’, The Ting Tings es una banda, ya no diferente, sino irreconocible. Su nuevo disco, ‘The Black Light’, sale el 26 de octubre y pinta tan oscuro como su portada y su título, y también como su primer adelanto, el también llamado ‘Blacklight’, que sorprende por su ritmo abiertamente drum ‘n bass en un año en que Ariana Grande ha triunfado con una canción de ritmo abiertamente UK garage (‘no tears left to cry’) y ‘Promises’ de Calvin Harris y Sam Smith es número uno en Reino Unido. El sonido de los 90 vuelve, como cada cierto tiempo.
Ante el lema “I just don’t love you enough”, que se repite a lo largo de la canción, The Ting Tings logran en ‘Blacklight’ una versión bastante tenebrosa del típico pop bobalicón que han hecho siempre. De hecho, Katie White y Jules DeMartino reconocen en Clash Magazine haberla compuesto en 5 minutos. Se nota, pero no para mal: ‘Blacklight’ es pegadiza y posiblemente lo más parecido a un hit que podíamos esperar de The Ting Tings en 2018.