- La adaptación de la novela homónima de Witold Gombrowicz se ofrece como una alucinante tragicomedia colmada de fascinantes juegos de palabras
La literatura del polaco Witold Gombrowicz ha sido descrita como inclasificable y vanguardista, plena de humor e ironía. Se le ha visto como modelo clave en la narrativa de ficción moderna que tiene quizá por obra cumbre la novela de 1965, Cosmos. Nada ajeno a los proyectos audaces, el director polaco Andrzej Zulawski regresa a la dirección para convertir el último libro de un autor “imposible para el cine” en Cosmos (2015), la última película que realizó antes de morir.
La trama nos presenta a Witold luego de reprobar sus exámenes de Derecho, y a Fuchs tras renunciar a su trabajo. Ambos deciden pasar unas vacaciones en una casa para huéspedes, donde conocen a los integrantes de una exótica familia, hasta que una serie de hechos extraños comienzan a tener lugar. La cinta se estrena en la Cineteca tras su paso por la 60 Muestra Internacional y podrá disfrutarse a partir del viernes 11 de noviembre en la sala 8, Ismael Rodríguez.
Historia conformada por enredos que van desde situaciones sencillas o superficiales hasta misteriosos eventos (como las sucesivas apariciones de animales ahorcados en los jardines), Cosmos es una propuesta que intenta trasladar a la pantalla los complejos y fascinantes juegos de palabras del escritor polaco candidato en vida al premio Nobel de Literatura.
Filmado en Portugal, el filme ofrece un despliegue de actores de varios países entre los que destaca la actriz Sabine Azéma (ganadora del César a la Mejor Actriz en 1985 y 1987), en el papel de la propietaria de la casa de huéspedes. Sin embargo, son los actores jóvenes quienes llamaron la atención del público y de la crítica tras el estreno de la cinta.
Andrzej Zulawski relató en entrevista para Filmcomment cómo encontró al joven protagonista, Jonathan Genet, en un teatro de Francia: “Lo descubrí no en París, sino en la provincia, a donde fui porque hay muchos actores fantásticamente dotados, extraños y desconocidos (…) Él es interesante para mí de un modo que no puedo definir en realidad. Es ambiguo. Creo que eso resulta muy difícil para él mismo, endorsar esta no-claridad, que es algo tan de Gombrowicz”.
Ex asistente de Andrzej Wajda, Zulawski afianzó su obra en los años setenta y ochenta con películas inquietantes, eróticas y poderosas como La tercera parte de la noche (1971), Lo importante es amar (1975), Una mujer poseída(1981) o La mujer pública (1984). Sin embargo, tras el estreno de La fidelidad (2000), Zulawski se ausentó por completo hasta su reaparición con Cosmos, arriesgado proyecto que le hizo merecer el Premio a la Mejor Dirección en la edición 2015 del Festival de Cine de Locarno.