La distorsión y la furia en cada nota o palabra que se plasma en la música de El Shirota, provoca un efecto hipnótico en cualquier lugar donde se escuche. Desde su primer EP hasta enfrentarse por primera vez a un sencillo como “Carreta Furacão”, revelan una oleada de capas sonoras para perderse entre ellas.
Por primera vez en sus historia, la banda logra detener el tiempo. O al menos esa es la sensación que provoca escuchar el tema más melódico, cómo utilizan el silencio, risas y sonidos que quedaron registradas en el estudio. Todo te arrastra por la corriente y fuerza que explota tarde o temprano.
Otro de los factores para detener el tiempo es la voz de Nacho que logra atraparte con fragmentos de la historia que narra: “Ahora que pasa el tiempo cada vez más lento” o al mencionar “Pasa el tiempo y olvidé lo que siento”, genera ese ideal o ilusión.