En una época en la que ofrecer una definición simplificada de uno mismo parece una ambición universal, Prada disfruta demostrando lo contrario. Los acrónimos se convierten en una metáfora lúdica para abrazar con confianza la indefinibilidad de la idea. Se yuxtaponen con imágenes que amplifican el desafío de una noción de identidad consistente o convencional.
Un elemento vital en las artes escénicas es el despliegue intencional de dualidad, multiplicidad, constante reinvención y renovación. A través de la música, en el cine, en el escenario, los creativos vuelven a abordar y realinear las percepciones, redefiniendo el yo y su propia invención.
Para dar vida a esto, la campaña presenta una trinidad de creativos contemporáneos, personalidades culturales fundamentales del presente y arquetipos de la mentalidad hiperfragmentada del mañana: el músico Frank Ocean, el actor Austin Butler y el director, guionista y productor Nicolas Winding Refn. Cada uno de ellos encarna una única identidad del hombre de Prada, un aspecto, una perspectiva, multiplicada por cada imagen, cada definición. Son representaciones de la legión de individuos que componen el colectivo.
Figuras cuya creatividad está siempre en movimiento y cambiando –pioneros, creadores de mundos imaginados, exploradores de sus propias emociones–, estos artistas modernos son fotografiados por David Sims en Los Ángeles, California. Sin embargo, podrían estar en cualquier lugar y momento, expresando no sólo las innumerables posibilidades sino también la universalidad de los medios elegidos y de la imagen. Las imágenes en sí mismas inventan nuevas personalidades para los retratados, representándolos en diferentes poses, nuevas actitudes, a través de lenguajes fotográficos contradictorios, panoramas y retratos, expresando un movimiento incesante no sólo entre diferentes lugares, sino también entre diferentes estados.
Cada uno de estos hombres utiliza palabras para definirse: la letra de una canción, las palabras de un guión. Son un plano, un modelo, para la vida, para vivir, para sentir. Aquí, las palabras se utilizan como un medio para redefinir la imagen, para intentar definir lo indefinible – PRADA. Las siglas están influenciadas por ideas abstractas, pensamientos, nociones: provocan, a veces añadiendo contexto, a veces planteando una contradicción, siempre despertando el pensamiento.