En 2008, justo cuando el Minimal Techno tenía al mundo vuelto loco y había logrado dejar su entorno subterráneo para transformarse en una corriente mainstream dentro de la cultura dancefloor, Matías Aguayo lanza un corte provocativo titulado “Minimal”. Con intenciones sanamente burlonas, este material advertía sobre un género claramente vuelto cliché, un estilo que para finales de la primera década había perdido toda alma.
¿Qué bailar entonces? ¿Cuáles podían ser esas “otras movidas” mencionadas en un track que si bien salían del catálogo de Kompakt, mostraban elementos combinados poco comunes en el roster de los reyes germanos del tech house, como rasgueo de guitarras y percusiones tribales?
La respuesta habría de venir en principio, de las fiestas Bumbumbox y después con el lanzamiento de Cómeme. Las primeras fueron fiestas-flashmob clandestinas que Aguayo coordinó por algunos años en espacios públicos de distintas ciudades del mundo, en las que sin permiso de las autoridades y con música soltada desde boomboxes, su propósito consistió en poner a bailar a los transeúntes. Esta manera de ofrecer experiencias musicales dice mucho de la filosofía de Cómeme, que más que un sello, es una plataforma en la que el sentido de comunidad es vital y donde tienen cabida lanzamientos, Radio Cómeme, arte, acciones y por supuesto, fiestas, las legendarias NOCHES COMEME que por su capacidad de congregar personajes que no buscan seguir lo establecido, sino tocar y producir lo que les plazca, son en esta ocasión, el motivo del séptimo encuentro de HERTZflimmern.
Cómeme está de vuelta en la ciudad, y la propuesta no es una celebración menor, sino una noche en la que nuestro paladar auditivo recibirá una inusual degustación de irreverencia colorida gracias a la participación de lunáticos como Phaedra, quien, consciente de la comunión entre el cuerpo y la música, llenará de fogosidad la pista de baile, Christian S., un amante de la vida nocturna y coleccionista de material atemporal que teje sus DJ sets más allá del pasado presente y futuro. Asimismo, disfrutaremos de los ya legendarios sets catárticos de Roxymore, cuyo sonido mantiene una suciedad que pareciera haberse acumulado en el garage, con una crudeza, si se le quiere decir así, que se potencializa a través de ímpetus psicodélicos y cantos que nos mandan fuera de este mundo; y Borusiade, con una experiencia como DJ incomparable y miembro reciente de la familia Cómeme que por derecho propio, es una de las más singulares lunáticas del rito al interior del sello, siendo sus sets de“una amalgama de Dark Disco, música industrial y locura tropical”.
