El segundo álbum de Kadhja Bonet “Childqueen”, cuyo lanzamiento está programado para el próximo 8 de junio, a través de la marca Fat Possum en colaboración con el sello OBE de Anderson Paak es una propuesta que nos sumerge a una serie de canciones nunca casuales y no solo simples versos. En lugar de eso, nos invita a un mundo donde el pasado y el futuro se encuentran en paralelo, muy alejado del presente.
Cantante, productora y multi- instrumentista, su voz casi dolorosa y encantadora solo puede describirse como parte de una canción ambiental. En algunas de los sencillos podemos escuchar las complejidad del jazz y el soul mientras que los instrumentos, interpretados en su mayoría por la polifacética Bonet, encontramos sonidos como flautas, violines, guitarras entre otros.
En el sencillo “Delphine” alude al antiguo oráculo de Delfos, la figura casi mágica que esperas encontrar en el confuso mundo de Bonet, la imagen se esclarece cuando comienza a cantar sobre la amabilidad de todos los días, tema que nos prepara para el lanzamiento de “Childqueen” álbum que presenta sonidos suaves pero desafiantes.
Kadhja llega a la música de forma temprana a través de una rigurosa formación musical durante su niñez en la que tocaba el violín y la viola, mientras que adicionalmente practicaba la flauta, guitarra y composición; sin embargo, decide abandonar el sonido de la música clásica para experimentar con sonidos más graves transformando su estilo en lo que conocemos actualmente, desde una perspectiva instintiva y desde una reflexión cálida más allá de la formación académica o la teoría del pasado.