Desobedecer puede ser una buena idea. Ser ordenada siempre es lindo y poderoso, claro, pero salirse del huacal vuelve interesantes las cosas cuando los mandatos son aburridos, cuando no nos dejan movernos a nuestras anchas, sobre todo cuando dañan nuestra alma. En esos casos hay que inventarse oportunidades propias para hacer descubrimientos y brillar como diamantina.
Las mujeres de este libro se han reunido para contarte cómo le hicieron, cuánto buscaron hasta salirse con la suya. Porque la curiosidad no mata al gato. Las féminas, chicas y grandes, siempre terminan averiguando maneras para abrirse paso, aunque el camino esté lleno de piedritas. Mexicanas que hicieron historia