La Libertad del Diablo sexto largometraje del documentalista mexicano Everardo González, lleva al espectador a un descenso por el pavoroso infierno de la violencia desatada en nuestro país a consecuencia de la denominada “guerra contra el narcotráfico”.
Este viaje a través de una de las más escalofriantes realidades de México, de alguna forma ya había sido iniciado en El Paso documental previo de González en donde se presentaban varios casos de personas quienes se vieron forzadas a huir del país y solicitar asilo político en Estados Unidos, debido a amenazas recibidas ya fuera por el crimen organizado o las fuerzas federales. La Libertad del Diablo continúa esa travesía, adentrándose ahora en los oscuros territorios de las muertes violentas ocasionadas por este conflicto, usando como vehículo los testimonios de aquellos que se han visto involucrados en él, ya sea como víctimas o victimarios.
Los rostros de las personas mostradas a cuadro se encuentran cubiertos por máscaras todo el tiempo. Este recurso es utilizado no solo para mantener oculta la identidad de las víctimas, sino que como el propio director explica, se buscaba “Anular las facciones del rostro para revelar la verdad que da el anonimato”. De ese modo el impacto de los relatos es potenciado, y la verdadera identidad del entrevistado es únicamente revelada por sus narraciones desgarradoras: una madre quien perdió a su hijo en un levantón, un joven sicario describiendo como ejecutó su primer asesinato, un exsoldado confesando haber desertado del ejército por culpa de la corrupción y el temor imperantes allí… historias que al irse acumulando mientras el documental avanza, esculpen un retablo detallado y espeluznante, donde la presencia de la violencia y la corrupción han casi extinto la confianza en las instituciones encargadas de hacer respetar la ley, y el tejido social se encuentra alarmantemente descompuesto.
Este documental es el resultado de un trabajo de cinco años durante los cuales Everardo González se dio a la tarea de investigar sobre esta problemática nacida durante la gestión del entonces presidente Felipe Calderón, y derivada de su “guerra contra el narcotráfico” iniciada en el 2006, y que hasta la fecha, ha dejado tras de sí una cantidad inaudita de muertes: más de 300 000 víctimas. Y tristemente, dicha cantidad sigue en aumento.