La rubia mira fijo a la cámara y dice algo en voz baja, como un susurro. Luego lame lo que parece una oreja de goma a la derecha y hace lo mismo del lado izquierdo. No son los primeros segundos de una película porno soft. Es YouTube. Y esas orejas son parte de un micrófono llamado 3Dio binaural, que se consigue a 700 dólares.
La youtuber es María, del canal Gentle Whispering, con más de 1,4 millones de seguidores. Es la reina mundial entre otros miles que buscan provocar en quienes miran un “hormigueo mental” o “piel de gallina profundo” o hacer que estiren los dedos de los pies o levanten los hombros en un escalofrío “del bueno”.
La neurociencia viene estudiando este tipo de estímulos desde la década del ’70, pero nunca pudo terminar de explicarlo. Este año, de la mano de Internet, el tema se convirtió en fenómeno. Y explotó.
Los neurólogos lo llaman Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR por sus siglas en inglés). Pero los usuarios lo describen mejor que un paper: los llaman “orgasmos cerebrales”.
Aunque sólo cinco de cada 1.000 personas responden de esta manera especial a ciertos estímulos cotidianos (como acariciar cuero o la simple contemplación de una tarea manual, repetitiva y perfecta), el año pasado el número de videos que incluyen ASMR en el título se duplicaron. Pasaron de 5 millones a más de 11 millones. Lo mismo, en su escala, pasó en Argentina en búsquedas en Google. Y ya hay al menos tres “princesas” argentinas del ASMR, expertas en estimular a sus seguidores para que se relajen lo más que puedan.
Según datos de YoutTube, se suben unos 570 videos por hora que tienen ASMR en el título. La movida es tan fuerte que hasta Netflix se ocupó del tema. En la docuserie “Follow This” una periodista de Buzfeed dice que ama ver videos de ASMR en YouTube y se lanza a investigarlos por Nueva York. Pero también busca anclajes científicos.
El psicólogo y coordinador de Mindfullness del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), Martín Reynoso, explica: “El ASMR tiene que ver con algo que venimos estudiando desde 1975 y se llama Respuesta de Relajación. Es una respuesta del sistema nervioso parasimpático, que es el encargado de relajar el cuerpo a través de la liberación de neurotrasmisores, es decir, que relaja músculos, reduce la presión arterial, disminuye el ritmo cardíaco y la respiración, la digestión se normaliza y los órganos realizan sus funciones de manera óptima”.
Esta respuesta de relajación es como “el juego previo” en el cerebro. “No siempre se logran los orgasmos cerebrales -agrega Reynoso-, a veces sólo se da la relajación. Para que se produzcan es necesario que se den varios factores. La motivación y la confianza. La persona tiene que tener la disposición de ver estos videos y creer que le pueden servir. Como ocurre con la meditación”.
Otro factor es que “mantener el foco determinada cantidad de tiempo en un estímulo suave y continuo -como estar con auriculares en la cama viendo el video- genera cierta apertura de sensibilidad. Ahí se va produciendo la respuesta de relajación y hasta puede empezar a conectar con algunos centros de placer en el cerebro y facilitar que se produzcan los orgasmos cerebrales”, sigue Reynoso.
Con esas condiciones dadas, “se activa la zona límbica del cerebro, donde está el circuito de recompensa o de placer, basado en la dopamina, el neurotransmisor principal”.
Stephen Smith, de la universidad de Winnipeg, que lideró dos de los primeros estudios sobre ASMR, asegura que quienes son sensibles al ASMR tienen redes neuronales que funcionan muy distinto a quienes no lo sienten. “Cuando alguien se relaja, ciertas áreas del cerebro tienden a activarse como una red. Pero en quienes tienen ASMR, esa red es diferente, cambiando las áreas cerebrales tradicionales por otras como las relacionadas con la visión, la información sensorial y el movimiento”, detalla.