Temas como maltrato infantil, la anorexia, el neonazismo y el feminismo, abrieron la discusión en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, durante la proyección del filme “La niña, la mamá y los demonios” de la cineasta sueca Suzanne Osten, autora del libro del mismo nombre.
“Como niña, nunca pensé que mi madre estuviera enferma, ella era mi madre; Era un mundo confuso para una niña”, declaró Osten frente a estudiantes universitarios y comenta que esta película fue planteada bajo el pensamiento de cómo realizar una obra en la cual se muestre como es tener una enfermedad mental, y que pueda dejar de ser un tabú para hablar ante la gente.
Bajo dicha premisa en la mente escribió el libro , también llamado “La niña, la mamá y los demonios”, como una historia de fantasmas, la cual fue sometida a prueba con niños, se adaptó al teatro y se ha representado durante 15 años.
Después de lograr abrir escenarios en varias partes del mundo con esta puesta en escena, se buscó dar el paso hacia el séptimo arte. Suzanne busca sensibilizar y dar a entender a su audiencia que cualquier persona puede llegar a tener alguna enfermedad mental; en sus palabras: “Hay un gran tabú en la sociedad en cuanto a la percepción que tenemos de los enfermos mentales; la gente tiende a pensar que son aterradores”.
Este largometraje tiene algo de autobiográfico, dado a que Suzanne sufrió con su madre los estragos de sobrellevar una enfermedad mental como la psicosis/paranoia. La obra se toma de ambas perspectivas: madre e hija.
Durante la charla en el marco de la cátedra Ingmar Bergman de cine y teatro de la UNAM, la autora transmitió a los estudiantes su inspiración, su perspectiva en relación a los desórdenes mentales de delirio así como la censura y cuidado en cuanto al su obra dirigida al público infantil