El álbum de Wet Baes, titulado Changes, es uno que ha logrado hacerse de palabras y una historia previo a su publicación. A comienzos del presente año el productor publicó la canción homónima al disco junto con su participación en el Carnaval de Bahidorá 2017. Lo que siguió de ahí fue una colección de éxitos para el proyecto de Andrés Jaime, joven productor de 20 años.
Por mencionar algunos: su participación en SXSW, Festival Pal Norte, Anagrama, ser telonero de las presentaciones de Breakbot en el país y establecer una estrecha relación con Apple Music, plataforma de streaming que ha apoyado el talento de artistas como Frank Ocean o Roger Waters.
Bastó con 2 canciones, “Changes” y “Secret (Love Song)”, para que se comprendiera que el sonido de WB dejó ya de ser una emulación de los años 80 y que ahora se transformó en una propuesta madura que, además de demostrar un tremendo talento, es ambiciosa.
El disco entero es ambicioso. La instrumentación es compleja y dulce para el oído con influencias que retoman los sonidos de propuestas de los años 70 y 80 como pueden ser Pink Floyd, The Beatles o Michael Jackson; pero con una producción que deja asomar el conocimiento que tiene Andrés de figuras contemporáneas como Justice o Phoenix.
Cada canción está inundada de un groove único y todas nos ayudan a recordar cómo el pop puede ser denso y cargado de mensajes complejos sin perder su propósito.
Este disco vale la pena escucharlo con audífonos por su riqueza en texturas y elementos. Andrés ha comprendido muy bien lo que involucra crear un álbum y se ha explayado en aspectos percusivos y de programación de beats, voces, efectos, teclados, guitarras, bajo y lírica con niveles altísimos de producción que capa por capa te sacuden el pecho.
El espíritu jovial de Youth Attraction (2015), EP debut de WB, sigue ahí. Pero se ha añejado y tomado peso. Esta vez es intenso, te hipnotiza al instante y te invita a ser tu mismo sin miedos. En “Changes” canta “Love what you wanna do, don’t let the fears in your back tell you what to do” y de ahí parte para hacerte entender que no hay que tener miedo a los cambios, sino aceptarlos y fluir con ellos.
En general, el disco demuestra una maduración del sonido de Andrés, la cual está alcanzando increíblemente rápido habiendo tantos proyectos a los que les toma años evolucionar.